Los
Desafíos De Ser Papá
Este 21 de junio se celebra el Día del Padre, un día conmemorativo para
reconocer la paternidad amorosa, responsable y desinteresada. En casi todos los
países de Latinoamérica se celebra el tercer domingo de junio, fecha en la que
padres y abuelos festejan junto a sus retoños. Ser padres no es ser perfectos, ser padres es dar todo el amor y todos
los valores que poseemos a nuestro hijos. Transmitir lo que
hemos aprendido de la manera más sencilla posible y permitir que ellos aprendan
de sus errores y de los nuestros, igual que nosotros aprendimos de los de
nuestros padres.
Cada cultura tendrá su forma de criar, y seguro que es buena; cada casa tiene su forma, y seguro que es buena; la tuya es la mejor para tu hijo.pero recuerda que ser padres no es el paraíso ni el infierno, no es vivir en la nube haciendo cupcakes a diario, ser padres es tu familia, tu día a día como tú lo diseñes y como tu hijo te deje.
La primera y más importante cualidad de los padres y madres es tener la capacidad de apegarse a su hijo. Ser capaces de desarrollar un vínculo seguro, una relación sana en la que cubrir sus necesidades biológicas y, sobretodo, afectivas. El apego es la primera relación que se tiene en esta vida, a partir de la cual, cada niño sentará las bases más primarias para querer y dejarse querer, para sentir y expresar sus emociones positivas y negativas y, en definitiva, para el desarrollo de su personalidad.
Gran parte de la experiencia de ser padres y madres es guiada por una
especie de piloto automático, un instinto
que nos va indicando qué hacer en cada momento. Y ese instinto
viene de nuestra propia historia
familiar; si un padre creció envuelto en una dinámica socio familiar
sana, llevará de fábrica la capacidad de cubrir, sin grandes dificultades,
las necesidades educativas y emocionales de sus hijos. Si los padres no
tuvieron esa suerte, la tarea puede hacerse más complicada, o quizás no; no
olvidemos que todos poseemos cierto grado de resiliencia;
esa capacidad de que nos brinda la oportunidad de aprender, crecer y dar algo mejor de lo que tuvimos.
El primer pilar de la familia es el amor. Demuestra tu amor y deja que tus
hijos lo demuestren. Expresa afecto y cariño sin límites, que eso nunca sobra.
El amor del bueno no ahoga a tus hijos, todo lo contrario les nutre y les ayuda a crecer sanos. Crea
un entorno en el que no teman ser ellos mismos. En este clima de confianza
deben sentirse libres de expresar sus emociones; y nosotros debemos estar
preparados para aceptarlas. Por ejemplo, si tu hijo dice que tiene miedo, evita
frases como “vaya tontería, eso no da miedo”; al contrario, acepta su emoción y
ofrece estrategias para afrontarla. Recuerda que lo que uno siente es real,
aunque las razones sean irreales.
Tú eres el ejemplo que ellos siguen. Habrá cosas que haces que imitarán;
pero habrá otras, más profundas, con las que se van a identificar para
incorporarlas a su personalidad. A través de un complejo proceso de
identificaciones, desarrollamos nuestra forma de ser, junto a nuestra forma de
estar en las relaciones con las demás personas.
Por ello es importante que
aceptemos que nuestros hijos no tienen que ser copias de nosotros. Respetemos
que son personas independientes y que,
a medida que crecen, van necesitando mayor autonomía. Si
intentamos convertir a nuestros hijos en algo que no son, estamos coartando ese
fino proceso de identificaciones y, con ello, dificultando el desarrollo de una
identidad y autoestima sanas.
Como todo en esta vida, unas veces se acierta, y otras se falla. No existen los padres perfectos, los que no se
equivocan jamás. Una cosa es intentar hacer las cosas lo mejor
posible; otra muy distinta es crearnos expectativas poco realistas, tanto de
nosotros como de nuestros hijos. Si esperamos ser perfectos, o que lo sean
ellos, estamos condenados a la frustración.
Es más, en algunas ocasiones, equivocarnos y ser capaces de reconocer nuestro
error, es una de las mejores lecciones que podemos darles. Les
enseñas, con el ejemplo, a levantarse cuando caigan, a que reconozcan sus
errores y a que aprendan de ellos, en lugar de negarlos y culpar a los
demás. Si les has ofendido, pide perdón; aprenderán así a perdonar y a
disculparse de corazón cuando ellos hagan daño a alguien.
Deja que tus hijos se equivoquen. Si tratas de evitarles toda dificultad, aunque tu intención sea buena, estás coartando el desarrollo de su resiliencia, de su capacidad para afrontar las adversidades de la vida y superarlas. Tú estarás ahí para aconsejarles y brindarles tu apoyo incondicional, pero no para hacer las cosas por ellos. Recuerda que la sobreprotección trae consigo graves problemas para el desarrollo sano de los niños.
Los niños necesitan disciplina, límites y normas; con ellos aprenden que el mundo es
un lugar seguro y predecible. Poner unos límites razonables pero firmes a
nuestros hijos tiene muchos beneficios, más allá de la evidente función
educativa. Pero estos límites deben aplicarse de manera democrática. Nunca
sobran las explicaciones, la negociación y la comprensión. Escucha a tus hijos y ellos te escucharán más
adelante. Grítales, insúltales o amenázales y eso será lo que venga de
vuelta, hacia ti o hacia otros niños, como hermanos o compañeros de clase.
Da a tus hijos el amor suficiente para que aprendan a amar y a sentirse amados. La seguridad y aceptación suficientes como para confíen en ti así como en sí
mismos. La autonomía suficiente como para que crezcan como personas
independientes, con una identidad fuerte. Protégelos sin
sobreprotegerlos. Deja que se equivoquen sin abandonarles. Pon límites y normas, pero no las
impongas con rigidez. Y, por favor, no pegues a tus hijos.
Un desafío muy grande que se le presenta a los padres, es el
de conservar la confianza en uno mismo, para que los hijos puedan
absorberla y tener ellos la propia, y una forma de lograr esto es enseñar a los niños a hacer las cosas por sí mismos y
criar hijos responsables para
que el día de mañana se conviertan en adultos sanos y felices. Es esencial
tener a los padres como compañeros pero
sin olvidar jamás, que ante todo es padre y tiene la obligación de criar a un
hijo sin ser permisivo para
no malcriarlo, poniendo los límites que
corresponden y enseñándole a aceptar las frustraciones y
alegrías que da la vida.
Se debe tener muy pres en todo momento, que padres no se nace sino que se
hace, es decir que nadie es perfecto ni se tiene un manual para
poder seguir las instrucciones ideales para criar hijos. Por supuesto que hay
muchas cosas que se pueden hacer para tener una buena relación y ayudarlo
en su desarrollo, pero lo más importante es estar dispuesto a estar a su lado
cada vez que lo necesite ya que lo vital para un niño, es ser amado sin
condiciones, porque por mucho que se quiera, no se puede protegerlo de los
contratiempos de la vida; el objetivo es hacer fuerte a un niño para
poder afrontar lo que le depara el futuro.
"Ser padre es mucho
más que tener un hijo”
Ser padre es reencontrarte
con El Niño que fuiste, y revivir la inocencia pura y limpia del Ser humano.
Ser padre es
apreciar lo que tus padres han hecho por ti.
Ser padre es aprender que
toda evolución que merezca la pena se hace lenta y continuamente.
Ser padre es comprender
que el amor es mucho más de lo que se puede expresar con palabras.
Ser padre es sacrificar
mucho sin importar lo que pierdes, porque ganas siempre.
Ser padre es lanzarte al vacío y nacer en la caída mucho más fuerte,
y con alas.
Ser padre es una ofrenda
de lo más valioso que tenemos, el tiempo, a alguien que es más importante que
todo lo demás.
Ser padre es sentirte
vulnerable, tener miedo, y confirmar que ya no importa el obstáculo porque no
tienes más opción que hacerlo bien, y en ese momento descubrir que ya puedes
con todo lo que venga.
Ser padre es mirar a los
ojos a la vida y sonreírle, y aprender que el mundo es un espejo que
refleja lo que tú le das.
Ser padre es la entrega
incondicional que condiciona el resto de tu vida llenándola de color, es la
cadena que libera tu mente y tu alma.
Ser padre es creerte
maestro y aprender más que nunca, es matricularte en la más prestigiosa
universidad, donde se olvida lo superfluo y el mundo se reduce a al instante en
que te mira.
Ser padre es esperar una
cosa y encontrarte otra, y entender que la vida puede sorprenderte superando
tus expectativas y cualquier cosa que llegaras a imaginar.
Ser padre es el camino que no tiene mapa, el sendero sin retorno
que te transforma, la aventura que sabes con certeza te cambiará, el mágico
punto de partida del resto de tu existencia.
Ser padre es, en definitiva, un regalo personal que solo puedes
comprender cuando lo abres, sorprendente por lo irrepetible, fascinante
por lo indescriptible.
Ser padre es el amor viviendo en ti."
Por este Día del Padre, por ello @tiendasbaby desea feliz y bendecido día y que sigas teniendo éxito junto a las personas que más quieres.
Comentarios
Publicar un comentario